Vivo polos opuestos: me gusta la literatura del Siglo de Oro y mi tesis de licenciatura la escribí sobre el concepto del amor profano en la poesía de Sor Juana... Pero también me gusta la vida banal de la Ciudad de México (y del mundo) y siempre he trabajado en revistas pop de moda y belleza. Y como yo, este blog también es bipolar y en él podrás enterarte de todo un poco...
Era una sonrisa agria, la del hombre que ha encontrado mucho que cuestionar pero poco que enaltecer en el género humano. It.Stephen King.
Que este blog se ha vuelto de recomendaciones de cine, DVD’s y libros, pero es que, irónicamente, desde que entré a trabajar ya no tengo dinero para andar de antro jueves, viernes y sábado, y menos para crudear los domingos; lo que es peor y enteramente censurable es que llega el fin de semana y sí, señores, lo único que quiero hacer es descansar >.< Salir de antro… de eso pido mi limosna, pero si este fin, como yo, tú cartera está out y estás hasta el queque del trabajo y del tráfico, enciérrate, sí, con un asesino.
Los asesinos siempre han formado parte de mis gustos, y no culposos, ¡al contrario!… Ya todo mundo sabe de mi fascinación por Raskolnikov y Jean Baptiste Grenouille, dos personajes literarios que viven más allá del bien y del mal y son, como justamente dijera Nietzsche, superhombres. A estos dos esquisitos personajes se suma uno más: Dexter Morgan. Cuando vi el Piloto de la serie sólo pude pensar: ¡Sublime! Raskolnikov y Grenouille son personajes pasionales cuyos autores supieron llegar, como bien describe Dostoievsky, al subterráneo, es decir, a lo más bajo, vil y sórdido del alma humana en una apreciación grotesca por la belleza. Ambos comparten con Dexter esa pasión. Pero, ¿tiene Dexter algo de peculiar? Sí, que es un verdadero psicópata. A diferencia de Raskolnikov y Grenouille, dos parias, Dexter se mueve aventajadamente en la sociedad; mientras Raskolnikov se atormenta por su alma sucia, encerrado en un cuarto, emulación de su conciencia, y Grenouille se mueve hábil pero a la vez torpe en una sociedad artificial, Dexter ha aprendido a fingir, y finge muy bien, como él mismo dice, la interacción humana. Llevando la psicopatía a su punto álgido, Dexter es un observador del ser humano, lo analiza y no matiza sus comentarios, nos muestra la arrogancia con que el hombre vive detrás de máscaras y esconde vanidosamente su mezquindad y suciedad. En cambio Dexter, el hombre, se acepta como tal, hediondo y podrido; Dexter, el psicópata, atiende las necesidades del otro y sabe tomar ventaja; Dexter, el asesino, simplemente seduce.
Ya sea que compres, rentes o bajes Dexter no te la puedes perder. Ya van 6 temporadas y vienen 2 en camino.
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