“¿No es un libro para niñas?” Me preguntó un wey cuando le recomendé Wicked. Si conoces el musical, puede que pienses que se trata de esa historia en que Elphaba lucha contra el bullying y termina enamorada y feliz con el guapo de la escuela. Wicked, El Musical, tiene una buena puesta en escena y la música es buenísima, peeero tiene poco o nada que ver con el argumento del libro, en donde Gregory Maguire, con una narrativa fluida, nos adentra en Oz, un mundo aparentemente de fantasía pero con grotescas coincidencias con nuestra sociedad actual. Elphaba, una mujer que ha nacido con la piel verde, tiene que saber abrirse camino y, en la madurez de su vida, luchar por ideales nada extraños para nosotros como la justicia o la libertad, y contra la discriminación o la censura. Sí, nos toparemos con Dorothy, el Hombre de Hojalata, el León, el Espantapájaros y el Mago de Oz, que más que maravilloso es un farsante dictador contra el que Elphaba iniciará una guerra, poniendo en cuestionamiento nuestras propias nociones sobre el Bien y el Mal cuando se convierte en la "malvada" Bruja del Oeste. En Hijo de Bruja sucede algo similar, Liir, que no sabemos de cierto si es hijo de Elphaba, también ha nacido paria en una sociedad sumida en el terror y la anarquía después de los acontecimientos narrados en Wicked. Emprenderá un viaje (los ya conocidos “nostoi” en la literatura), donde si bien se enfrentará a la sociedad rota de Oz, también luchará por encontrar su propia identidad. No, Wicked no es un libro para niñas… lo que sea que eso signifique, así que la próxima vez que lo veas en la librería no dudes en adquirirlo, y si te late, ya te sigues con Hijo de bruja ;)
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