Tres novelas amorosas y ejemplares
María de Zayas y Sotomayor
La autora mujer que en su momento vendió tanto como Cervantes, es para
ti si y sólo si quieres lidiar con el lenguaje de la época. Si eres capaz de
soportar barroquismos como “A la última hora de su jornada iba por las
cristalinas esferas el rubicundo Apolo,” para describir el atardecer, o décimas
y sonetos insertos en el texto narrativo, o de entender todas las referencias
metafóricas a las figuras y mitos grecolatinos, entonces es para ti.
Escrita bajo una estructura narrativa unitaria y sucesiva, Tres Novelas
Amorosas y Ejemplares cuenta seis sucesos de los participantes de un sarao, es
decir, los invitados a casa de Lisis narran un acontecimiento de enredo y amor,
pero además de narradores son también personajes en la medida en que en el
propio sarao hay enredos amorosos. Los personajes son los típicos de la época,
la mujer siempre hermosa en cuerpo y alma símbolo de todas las virtudes, el
hombre a veces como su igual, a veces como el pícaro que la burla y la enamora,
moriscos y nigromantes que facilitan el enredo amoroso y sirvientes que simbolizan
la maldad.
Sí, leer a Zayas y Sotomayor no es sencillo por el conceptismo y la
sintaxis de múltiples oraciones subordinadas, pero cuando somos capaces de
pasar eso por alto y adentrarnos en la vida y costumbres cortesanas y populares
de la España del siglo XVII y en la ideología de amor y desengaño, apreciaremos
la pasión conceptual y la perfección lingüística de la época dorada de nuestra
lengua hispana. Y eso que la Zayas tiene un estilo sencillo a comparación de
los grandes nombres de la época.
Todo esto para decir: Si te topas con un texto suyo, cómpralo y léelo.
Si te encandila, prueba con Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Sor Juana, los
grandes, graaaandes exponentes del momento cumbre de la lengua española. Porque
una cosa sí te digo, una vez que te des la oportunidad con este tipo de autores,
descubrirás el momento dorado que tuvo nuestra literatura y que difícilmente
podrá ser superado en otra época o por otra lengua.
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