La versión 2013 de Carrie la podemos calificar de "buena"... adaptada de una novela de Stephen King, no podía ser de otra manera. No obstante, hay muchos "peros". Para empezar, tiene una versión original (1976) con la que es imposible no compararla.
Chloë Graze Moretz hace una excelente actuación como Carrie White; pero Sissy Spacek (Carrie, 1976) fue nominada al Oscar como Mejor Actriz y, honestamente, no creo que Graze Moretz logre la misma hazaña. La versión 2013 tiene la ventaja de la tecnología, pero... ¿es necesaria? En lo absoluto. Sí, la escena final, que todos conocemos pues es un ícono en la historia del cine, resulta más impactante gracias a los efectos especiales, pero nada más, pues incluso el maquillaje de la protagonista en este, su momento cumbre, me parece mal logrado. La Carrie de Brian De Palma no gozó de un sonido digital impecable, ni de tales efectos y es, si se me permite la comparación, 1000 veces mejor. Pequeños detalles en la historia hacen de la Carrie de 1976 más terrorífica en el sentido de que es menos obvia, sus conductas sutiles hacen que el final sea sorprendente; la Carrie de 2013 te va dando señales de que su desenlace será desastroso. El maquillaje de Spacek, por otro lado, es justamente un desastre, y son ese tipo de sutilezas las que hacen la diferencia.
¿De qué va? Creo que la mayoría de nosotros lo sabemos. Carrie White es una adolescente inadaptada debido al fanatismo religioso de su madre. Mientras Carrie intenta tímidamente adaptarse, también descubre que tiene poderes telequinéticos que se activan cada que sufre humillaciones por parte de sus compañeros de escuela. El final, como ya mencioné, es una escena icónica del cine y, aunque es de muchos conocida, no haré spoilers aquí.
Si me preguntan, diré que sí, hay que ir a verla, pero yo definitivamente me quedo con la Carrie de 1976 pues hace justicia a su discurso original, el texto de Stephen King.
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