Vivo polos opuestos: me gusta la literatura del Siglo de Oro y mi tesis de licenciatura la escribí sobre el concepto del amor profano en la poesía de Sor Juana... Pero también me gusta la vida banal de la Ciudad de México (y del mundo) y siempre he trabajado en revistas pop de moda y belleza. Y como yo, este blog también es bipolar y en él podrás enterarte de todo un poco...
Ahora que Poor Poor Joseph estuvo en el hospital (que por cierto ya regresó a casa, ¡muy guapo él!), me tocó, exactamente tres veces, usar el transporte público de la Ciudad de México. La capital del país, es verdad, es caótica por la cantidad de gente que en ella habita. Un recorrido que sin tráfico dura 10 minutos (como cuando en las noches uno sale de antro), en las mañanas puede tomarte hasta 1 hora. Parte del folklore mexicano es la música que en el camión escuchas: Mis ojos son para quererte, son para adorarte una eternidad. Pedacito de mi vida, te quiero tanto, pedacito de mi vida, ay amor… (¡Qué buena rola!) El metro de la ciudad, eso sí, es una verdadera maravilla (y no es sarcasmo), está limpio y es super rápido. En las horas pico, además, los primeros vagones son destinados exclusivamente a la mujeres. ¡Ay, la mujer! ¡Qué gran género! Es verdaderamente admirable: en tacones, camina, sube puentes, transborda; además, carga con un bolso por demás pesado en donde lleva lo propio para el trabajo y lo propio de la mujer. En el metro, es enternecedor (¡neto!) ver cómo se maquillan… ¿Por qué la mujer se maquilla y el hombre no? Mujer = base + polvo + blush + sombras de colores + ¡delineador líquido! (qué destreza) + mascara + labial, antes de bajar en la próxima estación. Y ahí van con tacones, con maquillaje, con el bolso y a la oficina y de regreso. Algunas, las más de ellas, seguramente vuelven a casa a laborar ahora como esposas y madres. ¡Qué fatiga! ¿El sexo débil? ¡En lo absoluto! Y es que, además de todo, hay que saber defenderse del patansito que en el camión se le hace fácil y divertido -o que sé yo- arrimarle el paquete a uno. Me pregunto si pensarán en sus esposas/madres/hermanas/hijas… Seguramente no --’ Siempre que hablo de la mujer no puedo sentir sino empatía, quizás, porque muy en el fondo, yo también soy mujer je je!
Verdad que sí??? Aún no puedo creer que estés hablando bien del metro y del metro de la ciudad de México, pero sí es una maravilla. Rápido, sencillo y barato :)
3 comentarios:
Verdad que sí??? Aún no puedo creer que estés hablando bien del metro y del metro de la ciudad de México, pero sí es una maravilla.
Rápido, sencillo y barato :)
jajajajaja sí verdad? jeje! ^.^
..a huevo!! jaja
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