Siempre he tenido la firme convicción de que los
discursos, sean éstos del tipo que sean, deben ser juzgados lo más
inmanentemente posible. Es decir, los antecedentes valen, puede ser que el
contexto también; pero no valen las comparaciones. Por eso esta crítica es a
Los Miserables (2012) de Tom Hooper, la adaptación del musical. Y no a la obra
de Víctor Hugo, ni mucho menos a la múscia de Claude-Michel Shönberg ni las
líricas de Alain Boublil y Jean-Marc Natel.
Highlights nada más, es precisamente lo que debimos haber escuchado. |
Comenzaré cuestionándome, ¿vale la pena llamar a esta
última entrega “adaptación del musical”? Me parece que no. Tom Hooper no supo
trasladar la visión de teatro a cine. Las herramientas y los recursos que se
utilizan en uno u otro caso, deben ser diferentes porque las posibilidades así
lo exigen. El musical en teatro puede ser enteramente musical, el tiempo lo
permite. El musical de cine debe tener diálogos, el tiempo lo exige. La fórmula
de estos Miserables no nos permite conocer a los personajes ni adentrarnos en su
psicología e interrelaciones. En este sentido es cuando digo que
debemos de juzgar los discursos por separado, no vale decir “Yo ya leí el libro”
o “Me sé todas las canciones del musical” ¿Y la gente que no tiene estos
antecedentes? No puede, entonces, disfrutar la catársis que ofrece la obra. Las
obsesiones de Javert, los tormentos existenciales de Jean Valjean, los devaneos
de Eponine, el amor platónico entre Cosette y Marius, el dolor de Fantine, la
pasión revolucionaria de la
Francia de 1830, el fuerte análisis del alma humana,
precisamente la miseria… nada se concreta.
Pasa algo similar con los escenarios, son de teatro,
acartonados, hasta absurdos en la pantalla. Los encuadres muy cerrados sólo
favorecen las cualidades actorales del casting pero no hacen nada más por el
todo de la trama. En este sentido Anne Hathaway y Hugh Jackman no merecen
ninguna crítica negativa, al contrario; Rusell Crowe hace lo que puede, y al
resto de los personajes, apenas los llegamos a conocer.
No digo que esta entrega de Los Miserables pudo haber
sido mejor o peor, pero sí diferente, se debió de haber jugado con las
posibilidades que da el cine. ¿Adaptación o copia?
Para la gente que nos gustan los
musicales, Los Miserables 2012 es una decepción por dos cosas: primero, porque
queremos ver algo diferente a lo que ya vimos en el teatro, queríamos ver las
posibilidades del musical en la pantalla grande; segundo, porque la gente que
no gusta de los musicales, tendrá buenos argumentos para seguir despreciándolos,
lentitud y vaguedad.
“Adaptación” debió haber sido la
palabra clave.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Me he visto pocos musicales en pantalla grande, y lo unico que vi de un musical en teatro fue el Rey Leon. Ciertas adptaciones musicales son muy conmovedores y las canciones se te quedan grabadas, en este caso no sucede así. Los personajes están tan pobremente trabajados que sinceramente uno ni los nota, Hataway hizo un buen papel al igual que Jackman pero desgraciadamente es tanta la cantada que sincermanete uno no los llega apareciar bien. Y pensar que está pelicula pudo haber sido muy buena y tener mejor recibimiento por parte de los que no les gustan los musicales, si se hubiera podido mantener a flote y si Hoper se hubiera tomado en serio la partes que debieron haber sido serias.
Sip, los personajes, poco trabajados, como dices, fue el peor desperdicio :/ Gracias por tu comment! :D
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