Mujeres surrealistas
Esta exposición estuvo
previamente en el Museo de Arte de Los Ángeles, luego en el Museo Nacional de Bellas
Artes de Quebec y, finalmente, llegó al Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México (Paseo de la Reforma y Gandhi s/n; Bosque de Chapultepec). Desgraciadamente, el pasado 13
de enero fue su último día. No obstante, quería compartirles mis impresiones
porque, como saben, las mujeres activas, desafiantes y un tanto locas me
apasionan. Y las mujeres surrealistas cumplen con estas tres cualidades, lo
mismo que su arte perturbador y desequilibrado.
Pero bueno, no les digo más, prefiero que un
experto en el tema les platique de qué van estas mujeres pintoras del siglo XX.
Surrealismo en México: Mujer y acción
Seguramente habrán escuchado más de una vez que alguien califique como “surrealista” algún objeto o acontecimiento que pertenece más a la fantasía que a la realidad. El origen del surrealismo se remonta a principios del siglo pasado, cuando un grupo de hombres franceses quisieron exaltar la libertad del individuo mediante una nueva percepción que pudiera descubrir lo maravilloso detrás de lo cotidiano. Detrás de esta idea, quedó un calificativo para familiarizarnos con lo maravilloso, como si llamándolo de esa manera aceptáramos su existencia.
México fue, por muchas razones, un lugar de refugio y renovación para el surrealismo a mediados del siglo pasado. Los visitantes más relevantes y duraderos fueron mujeres artistas, cuyas historias de amor las trajeron a este país, a donde llegaban quienes huían de la Segunda Guerra Mundial. Aquí transformaron uno de los principales conceptos del surrealismo: la mujer dejó de ser sólo musa y se convirtió en el centro de la acción; de musa en hechicera, de inspiración artística en médium y de observadora en vidente, todo esto gracias a los antecedentes de la tradición prehispánica y a la exuberancia del medio ambiente.
México fue, por muchas razones, un lugar de refugio y renovación para el surrealismo a mediados del siglo pasado. Los visitantes más relevantes y duraderos fueron mujeres artistas, cuyas historias de amor las trajeron a este país, a donde llegaban quienes huían de la Segunda Guerra Mundial. Aquí transformaron uno de los principales conceptos del surrealismo: la mujer dejó de ser sólo musa y se convirtió en el centro de la acción; de musa en hechicera, de inspiración artística en médium y de observadora en vidente, todo esto gracias a los antecedentes de la tradición prehispánica y a la exuberancia del medio ambiente.
In Wonderland reúne una parte de la obra de estas mujeres que colaboraron con otras que habían llegado, o siempre vivieron, en Estados Unidos. Es el testamento de su persecución por la libertad femenina, el origen de muchas ideas actuales que le han ganado poder a la sociedad machista.
Ahora sí, les dejo algunas de las piezas que me parecieron fascinantes:
Pintura salpicada de Francesca Woodman
Líderes de Bridget Tichenor
¿Saben qué es extrañamente fascinante de Bridget Tichenor? Que fue editora de Vogue de 1948 a 1952. ¿Imaginan la estética y el contenido de la revista durante ese período? ¡Wow!
Historia de una muñeca de Kati Horna
(En realidad es una serie de más fotos)
Las reinas del ajedrez de Muriel Streeter
Papilla estelar de Remedios Varo
¿Qué tan trillado es que "Papilla estelar" sea de mis pinturas favoritas de Remedios Varo?
Cabeza de muñeca y mano de maniquí de Ruth Bernhard
Self portrait with landscape de Helen Lundeberg
Amé la capacidad de esta pieza para describir algunos rasgos de mi personalidad.
Sirenas del aire de Lola Alvarez Bravo
¿Qué opinan? ¿Les gustó el arte de las mujeres surrealistas tanto como a mí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario