La primera cita va a llegar. No importa
cuán segura te sentías con tu ex, ¡te cortó y a la chingada! Hay más peces en
el mar. Vas a pasar por ciertos tropiezos, propios del Síndrome Bridget Jones,
pero sí, querida soltera e insegura, la primera cita va a llegar.
Planeada o casual, no importa, ese cuate
potencialmente interesante con el que has cuidado la comunicación (siguiendo o rompiendo la reglas del ligue) por fin concreta y se ven.
Si para sacarle una cita has pensado mil veces qué emoticón usar o le has
preguntado a tus amigos “¿Qué le escribo?”; en el momento de la cita se pone a
prueba tu tenacidad. ¿Eres lo suficientemente segura? ¿O notará el cuate que
estás nerviosa? La buena noticia es que si estás nerviosa, es porque te gusta,
así que si tienes todavía ojos, seguro tienes todavía corazón.
El caso es que serán nervios, nervios y
nervios, y seguramente dirás mil tonterías y, aunque en una situación normal conquistarías a todos con tu personalidad, en tu primera cita no, porque
recuerda: todas somos Bridget Jones. Oish!
No importa, hay que relajarnos, es como la primera vez: una vez
que ya pasaste por allí, las siguientes se van a ir poniendo mejor. Así que si ya tuviste una primera cita, respira y duerme tranquila; es el primer paso
hacia olvidar a tu ex y darle la bienvenida a tu vida a nuevos hombres, a ése con el que ya saliste o, si no te vuelve a hablar por tus ridiculeces, a otros. O como
dice Penelope Parker en su libro Los
hombres (a veces por desgracia) siempre vuelven: un novio intermedio es
aquel “que se tiene entre un novio de verdad y otro novio de verdad”. Así que si vas saliendo de una relación larga y no te
sientes lista para otra, no pasa nada, hay que quemarse un poco, atreverse, equivocarse y dejar entrar a tu vida a otro hombre, puede
ser que sea sólo un novio intermedio y que lo pasen bien juntos, pero, como también
dice la Parker, “quién sabe, tal vez termines encontrando algo bastante más
valioso que una mera relación temporal.” Y si no, ¡a la chingada! Ya te
rompieron el corazón una vez, ¿qué más puede pasar?
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