Después de que una de ellas leyó el post escribió en el chat de Wapp que se había sentido aludida y me preguntó si hablaba de ella; entonces las otras dos dijeron que ellas se habían sentido igual. Les dije la verdad: no las tuve a ellas en mente cuando escribí el post. En realidad pensé en otras amigas y me di cuenta que, como suelo hacer con muchas cosas, sólo estaba viendo el lado negativo de las cosas. Estaba observado sólo esos matrimonios donde alguno de los dos ha cambiado de personalidad con tal de que el otro lo acepte, o donde ella se ha vuelto un mini me de su esposo/novio, donde alguno (o los dos) olvida que tiene amigos, un pasado y una vida propia; donde alguno le prohibe al otro desde conductas hasta amistades. Estaba viendo sólo esas parejas y sí, de ese tipo de matrimonios sí hay que huir.
Es cierto, puertas adentro de casa no sabemos cómo son las parejas y no somos nadie para juzgar sus dinámicas, pero no puedo negar que esas conductas me aterran. No obstante, mis amigas me abrieron los ojos a un panorama distinto, a matrimonios donde ellas siguen siendo las mismas, siguen viendo a sus amigos, siguen teniendo una vida propia; matrimonios en los que la pareja es un verdadero equipo, han salido adelante juntos, se apoyan y se alientan, han cambiado para bien, se han integrado a la vida del otro y han invitado al otro a la propia. Son parejas, en fin, que han sabido hacer de su matrimonio un equipo y no una dictadura.
Yo siempre he pensado que el estado ideal del ser humano es en pareja, porque nada vale la pena si no tienes con quién compartirlo. Pero al mismo tiempo la idea del matrimonio me aterraba. Después de platicar con mis amigas por WApp me di cuenta que el matrimonio lo construye cada quien y no tiene por qué ser esa vida en pareja en donde todas las mujeres han adoptado el mismo rol.
Así que no me lo van a creer pero ahora me siento lista para casarme. ¡En serio! Incluso me dan ganas de juntar a mi familia y a mis amigos ese día. ¿Habrá sido la plática con mis amigas que me enseñó otra cara del matrimonio? ¿O será mi situación sentimental actual? ¿Será que ya estoy madurando? ¿O simplemente serán los pensamientos normales de una mujer de 30 años? ¿Qué opinan?
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