Mi amiga contó la historia de que, en su oficina, una de sus compañeras de trabajo llegó un lunes a dar la noticia de que se había comprometido y que ella notó cómo todas miraron con secreta envidia el anillo de compromiso. Se preguntaba por qué e incluso juzgaba mal a las que así lo hicieron. Yo no participé en la acalorada conversación en Facebook pero me quedé pensando en su pregunta: es verdad, ¿por qué las mujeres envidiamos el anillo de compromiso?
Sí, diamonds are a girl's best friend, eso todas las sabemos. Pero el diamante en sí no es de envidiar, la realidad es que hoy por hoy quien quiera un diamante se compra uno y ya está. Creo que la respuesta está en que hay alguien en el mundo que quiere casarse con otro alguien, unir su vida a la del otro y compartirlo todo en un teórico "para siempre". Creo que eso es lo que las mujeres envidiamos cuando escuchamos noticias de propuestas de matrimonio: el compromiso en sí.
No se trata del diamante, ni del tamaño de la piedra, ni de organizar una boda o usar el vestido de la mejor marca; no, se trata de haber encontrado un hombre que ama tus virtudes pero también tus defectos; un hombre que está dispuesto a amarte para siempre a pesar de tus altibajos como persona; un hombre al que, a tu vez, tú también amas sin condiciones y sabes que podrás compartir con él los momentos de diversión, pero también tu cama, tu baño y tus lados más íntimos y secretos; se trata de haber encontrado esa pareja con quien formar un equipo para salir adelante en todos los aspectos de un ser humano.
Pasando un poco al chisme, yo me pregunté muchas veces por qué mi ex no se quiso casar/arrejuntar/quedar conmigo; después de 7 años de una relación que nos demostró que éramos ese buen equipo, por qué no era yo su wife material, ¿saben? Esas preguntas rondan por la mente cuando uno acaba de terminar una relación, después la respuesta llega fácil y resulta hasta positiva. Pero definitivamente, cada que una ve un nuevo diamante en manos de una amiga o compañera, no puede evitar preguntarse cosas como "¿Y yo pa' cuándo?" O peor aún, "¿por qué no soy wife material?"
Envidia no es; a todos nos da gusto la felicidad en nuestros seres queridos o conocidos, simplemente surgen preguntas existenciales que, cundo estamos solteras, nos recuerdan lo solas (en ese aspecto) que estamos. ¿O ustedes qué opinan?
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