Es la fecha que menos me gusta del año.
Incluso cuando tenía novio me parecía cursi y lamentable lo que la gente hace y
en lo que se convierte en un día como el 14 de febrero. Ahora, simplemente,
siento que no voy a sobrevivir…
Cuando tienes novio, es fácil pasar indiferente
el Día del Amor porque, vaya, tienes novio y tienes buenas razones para argüir
lo comercial y consumista que se ha vuelto dicha fecha; pero si dices eso
cuando eres soltera, de ardida y amargada no te van a bajar. Es mi primer 14 de
febrero soltera ¡en 7 años! Nunca festejé uno, pero eso sí, ahora me siento más
ansiosa que nunca. ¿Qué irán a hacer mis amigos ese sábado? ¿Podré verlos y
salir con ellos? ¿O todos tienen planes y una cita? ¡¿Me quedaré encerrada y
sola un sábado por la noche sólo porque es 14 de febrero?!
Las redes sociales son otro factor en
contra. Todas quieren presumir al “mejor novio del mundo” y casi puedo apostar
las miles de fotos en pareja, los mensajes cursis y las muchas fotos de los
regalos, desde la que sube los chocolates o las flores, hasta la que no duda
presumir los ingresos de su novio que le regaló un regalo carísimo de París. A estas
alturas, todos conocemos el dicho “dime de qué presumes y te diré de qué
careces”, y más si de redes sociales se trata. No obstante, a pesar del
consumismo que implica y de la lamentable verdad que conocemos sobre muchas
relaciones, el 14 de febrero no deja de ser un gancho al hígado para las
solteras. Lo único que nos recuerda es lo solas que estamos.
No sé qué voy a hacer el 14 de febrero.
Tengo ganas de salir a caminar por la Ciudad, pero se los confieso, no quiero
hacerlo sola y ver a mi alrededor la euforia de las parejas. Pero tampoco me quiero quedar encerrada en mi casa…
Lo que sí les puedo asegurar que NO haré, es meterme a las redes sociales.
Quizá me empine una de Ketel One y termine viendo Sex and the City. ¿Qué van a hacer ustedes?
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