Es delicioso,
¡delicioso! Y está en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Y una vez que
lo conozcan, van a querer regresar.
Conocí
Limosneros cuando el novio suizo de una amiga visitaba nuestro país. ¡Qué mejor
modo de agasajarlo que en un restaurante que rinde tributo de tal manera a la
comida mexicana!
Por su puesto la
arquitectura del lugar es excepcional, digna de ver por un extranjero pero
también por los chilangos. Limosneros está ubicado en una casona de estilo
colonial intervenida por elementos urbanos y contemporáneos. Esto
lo hace ideal para una comida o cena bien planeada con amigos o familiares.
¡Ahora sí lo
bueno! La comida. Limosneros es un restaurante que rinde homenaje a los más
tradicionales ingredientes mexicanos pero con una intención moderna sin
pretender cambiar texturas o sabores. En Limosneros la comida no es
extravagante ni pretenciosa, sobresale por sus propios sabores.
Cuando vayas a Limosneros te
recomiendo pedir entradas, platillos y/o postres al centro, para que puedas
probar muchas cosas. Los tacos de venado, servidos con guacamole, son muy
doraditos y riquísimos; los tacos de pescado servidos en tortilla de harina
también son una excelente idea para compartir. Como de comida mexicana se
trata, no pueden faltar las gorditas. Pero lo que a mí me robó absolutamente el
corazón fueron las carnitas de conejo… y creo que nada más por eso estoy
enamorada de Limosneros. Los postres, por su parte, también los tienes que probar. A mí no me encantan los postres y, sin embargo, sueño todos los
días con las fresas cubiertas de chocolate, y el crème brûlée es
otra joya gastronómica que no te puedes perder en Limosneros.
El dato curioso:
Juan Pablo Ballesteros, creador del concepto Limosneros, es primo de una amiga mía... ¡No! Ése no es el dato
curioso, sino que es bisnieto del fundador del muy legendario Café de Tacuba.
¿Dónde? Allende no. 3, Centro Histórico.
Facebook: Limosneros
Twitter: @limosnerosmx
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